Por fin, orgulloso de mis conciudadanos
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Hace una semana hubo una gran manifestación en Salamanca en contra del alcalde. No es que eso me haya hecho sentirme orgulloso... es la historia de las manifestaciones anteriores la que me ha hecho escribir este capítulo de mi blog.
Siempre que hemos salido a la calle en Salamanca ha sido por razones políticas o por auténticas chorradas: a la calle por el Archivo de la Guerra Civil para fastidiar al PSOE o por algo que no sabíamos que teníamos y que nos fastidiaba que tuvieran los catalanes, a la calle para protestar la Guerra de Irak -manifestación claramente en contra del PP-, a la calle para bailar la conga por una señorita que había concursado en el Juego de la Oca, a la calle por celebrar un triunfo en el fútbol... todo motivos aceptables y respetables. Lo que me cabreaba era que cuando había algo que realmente nos afectaba nos quedábamos en casa: manifestación para tener una autovía a Madrid: cuatro monos en la calle, Manifestación para no perder subvenciones de Europa: yo no me he enterado... y así siempre.
Por eso, cuando el otro día la gente salió para protestar y, a excepción de unos pocos, nadie cargó contra los grandes partidos, sino solo contra el alcalde como persona... me sentí bien. Nada de "nos debemos de acordar a la hora de votar" ni nada así. La gente del PP en la calle junto con las del PSOE por una causa que todos considerábamos justa. Por primera vez protestábamos juntos por algo injusto (una subida de tasas municipales propia de inquisidores medievales).
Reflexión: ¿Será que los salmantinos nos vamos cada vez más prácticos y menos atados a nuestro señorío anquilosado? (esto lo digo por ser de mi ciudad, pero no permito a nadie de fuera que nos critique ser así).
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Bss