El mundo perdido
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El pasado día 28 de febrero (día de Andalucía, mi tierra adoptiva) fui a un pueblillo cercano a una sardinada de la que nos habían hablado los alumnos. Había orquesta y bebida y comida gratis. Comimos bien y bebimos mejor. Fue una sorpresa ser tan bien atendidos por la gente de Valsequillo y nos sentimos casi avergonzados de aceptar tanta cerveza, tantas sardinas y tanto chorizo sin pagar un duro.
Reflexión: ¿estamos en un mundo tan impregnado de economías sumergidas y trepas vulgaris que ya no estamos a gusto en un lugar en el que se nos ofrece de todo por el mero hecho de hacernos felices? ¿Viajamos hacia una sociedad en la que o compramos o sufrimos?
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Saludos moscugaéticos.
Monelle