El otro día fui al teatro en Madrid.
Antes de ir mi novia y yo vimos la oferta y estuvimos deliberando cuál elegir: comedia, drama, monólogo, musical... al final decidimos ir a ver a la Cubana porque nos habían dicho que era divertido y que merecía la pena.
Nuestra sorpresa llegó cuando aparecimos en el teatro 25 minutos antes del comienzo y vimos que la actuación ya había empezado. Todo el mundo hacía lo mismo que nosotro: miraba la entrada, el reloj y se sentaba (excepto un señor maleducado que gritó "que la obra empieza a las seis").
Después descubrías que era parte del truco de la obra: cabrear al público y hacernos creer que habían empezado a las cinco y que iban a acabar a las seis y media.
Ese cabreo hizo que todos nos metiéramos más en el espectáculo. Algo original que se convirtió en arte.
Reflexión: Para lograr que algo original sea arte debes ser un genio y arriesgarte a caer de la cuerda floja.
No conozco la clave del éxito, pero la del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo
(Woody Allen)
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