miércoles, 13 de junio de 2012

Manolo Preciado

Hace unos días murió uno de los personajes más carismáticos del mundo del fútbol español: Don Manuel Preciado. Logró varios milagros subiendo a equipos de segunda división y mantuvo al Sporting en primera con una plantilla por la que no apostaba casi nadie.
Cuando hablamos de grandes entrenadores siempre nos fijamos en los triunfadores, en los que ganan títulos y mundiales con equipos de campanillas plagados de jugadores de primera fila. Es difícil pensar en quienes hacen milagros con pocos mimbres.
Como muchas veces he tenido que lidiar con alumnos/as difíciles sé que lo complicado es sacar algo de la nada, mucho más improbable que hacer crecer donde ya hay una buena semilla. Por eso quiero romper una lanza por esa gente que trabaja en segunda fila y que normalmente no está bajo las luces de los medios.
También quiero hablar de la relación de este hombre con uno de los tipos más polémicos de nuestro fútbol, Mourinho. Ambos empezaron mal porque el portugués es muy dado a usar el lenguaje para moverse en el fútbol como una araña en su tela. Tras varios rifirrafes semánticos casi llegaron a los insultos; pero, ¡lo que es la vida! Acabaron siendo amigos porque el portugués valoró la fuerza y el saber estar de su rival en el campo.
También debo hablar de la fuerza con la que Preciado afrontó la vida después de perder a su mujer por un cáncer y a su hijo en un accidente. Quizás eso es lo que le hizo ser tan grande y lo que le ayudó a triunfar.
Reflexión del día: ¿Qué aprendo de todo esto? Que hay mucha gente en segunda fila que es más grande que los que ocupan los primeros puestos. Debemos fijarnos también en ellos y aprender de sus fortalezas ya que es más difícil ser un buen segundón que un líder.
Cita del día: La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso hay que salvarla como sea. (Alberto Moravia)




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